EL VIENTO TODO LO SABE

Soy invisible, pero siempre me hago sentir.
Cuando acariciaba tu pelo mientras dabas tu primer beso.
Cuando jugando levantaba tu vestido.
Perdona si alguna vez he apagado tus velas de la tarta.
Pero también hago trabajos importantes y necesarios en primavera antes de que lleguen las famosas lluvias de Abril.
Y moviendo molinos gigantes para crear energía.
Doy vida a las banderas, a los molinillos de viento y a las cometas. Incluso participo en algunos deportes.
También vosotros en verano me hacéis cosquillas con los abanicos.
En realidad, siempre estoy en vuestras vidas.
Lo sé todo, porque estoy en todas partes.
Te escucho cuando lloras porque crees que él ya no te quiere. Y a la vez sé que te equivocas, porque a él le he visto hacer lo mismo por ti.
¡Qué impotencia! No puedo hablar.
Todo lo veo, todo lo oigo y todo lo toco.
Escríbele una carta y dile lo que le amas, que con todas mis fuerzas soplaré, y se la haré llegar.
Me encanta enviar aromas, cuando son de lluvia, flores, pan o café. Y, sobretodo, los que te traen buenos recuerdos.
Soy especialista en desordenar tus papeles y dar portazos. La verdad es que hago travesuras porque si no sería muy aburrido.
Tengo muchos amigos, las aves siempre me acompañan.
Pero hay alguien muy especial, el mar. Juntos somos muy poderosos. Tanto que a veces no controlamos nuestras fuerzas, que, en ocasiones dan como resultado verdaderos espectáculos de la naturaleza, y otras, en inevitables catástrofes.
La fuerza y el poder sin medida pueden ser muy peligrosos.
Mi mayor deseo sería poder propagar paz y amor por todo el planeta. Y lanzar hacia afuera todo lo que nos daña.
Apagar los odios y reavivar las alegrías.


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