FIBROMIALGIA ADQUIRIDA

Atrapada en un cuerpo sin fuerzas, sin energías, sin apenas placer.
Sin saber hasta cuándo durará esta condena que ensordece mi mente, y la obliga a desconectar durmiendo, es la única de las maneras.
Durmiendo de día, es su antojo, para huír de la vorágine mental que le lleva al agotamiento, embotamiento y acorchamiento entre mis ojos y mi cerebro.
Un cerebro prisionero, en ocasiones también, de este cuerpo.
Padecimiento no acorde a mi edad, que inevitablemente me obliga a preguntarme cúal será mi futuro, y cómo será mi vejez. Puede que ya esté en mí de manera prematura, y la única esperanza sea que lo que esté por venir no sea ya mucho peor, sino una continuación de mi presente.
Puede que ésta sea la manera positiva de verlo.

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