SOBREVIVIR EN EL PROFUNDO CAOS

Escenario de guerra. Y mujeres pariendo...dónde, cómo.
Mamás desnutridas amamantando a sus bebés como pueden.
Niños asustados, huérfanos, desamparados, enfermos...
Niñas víctimas de actos bestiales que las convierten en madres...
¿Quién puede soportar todo esto? 
La guerra conlleva muchas situaciones horribles. 
Guerra es mucho más que muerte y sangre y miedo. 
Es dolor físico, mental y dolor del alma. Perder a tu familia, a tus hijos, soportar hambre, sed, abusos, enfermedades. Y no saber en que momento descansar, tener fe, sacar fuerzas... Supongo que todo esto les debe llevar a un estado de enajenación mental terrible. 
Mientras escribo estas palabras trago mis lágrimas de impotencia y dolor ajeno. 
Día tras día pienso en ellos, sobretodo,  en los niños. 
Desearía poder creer que si muchos hacemos un gran esfuerzo mental, conseguiremos que un halo de algodón y estrellas volará y los rescatará a todos. Es un sueño que no se cumplirá. Pero necesito imaginarlo para no ahogarme de dolor, rabia e impotencia; cuando diariamente me pongo en su lugar. 
Podría decir tantas cosas, tantos pensamientos y sentimientos hacia lo que debería ser una infancia digna, que mis dedos no darían para escribir más. Soy consciente del sufrimiento de los adultos en las guerras, pero la infancia nunca vuelve. Es muy doloroso imaginar todo esto, y a la vez saber que hay personas que si tienen el poder de ayudarles, pero quizá ignoran todo ese dolor, o no les importa. 

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