PARADOJAS REALES

Alma desnuda, vestido el cuerpo.
Neuronas bailando al son del concierto acabado.
Quédate y no vuelvas. No quiero dejar de verte.
Dormidos mis pies corren a buscarte.
Pero no hay luz sin sombras que acobijen esta luna vespertina.
Que reparte soles apagados en la madrugada de tus ojos.
Para que dejes de quemar con tus destellos todas las rosas que se acercan a inspirar tu aroma cautivo.

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