Dolor, confusión, desgana, ansiedad, impaciencia, desconcierto, angustia... La piel quema, los huesos pesan, las entrañas se anudan... La vida duele, el cuerpo estorba, el alma se desvanece, la voz se quiebra... Hombros exprimidos, pies aplastados, el ceño fruncido, la boca apretada... Las manos no responden. Esperando el retorno a la normalidad. Cerrar los ojos y esperar a que pase la tormenta. El cariño es el único consuelo. Volver a aquellos tiempos donde el cuerpo no me impedía vivir. Merezco sentirme bien. La enfermedad se apodera. Sin fuerzas para caminar, para sostenerme... Mi cuerpo es mi cárcel. 11/4/19
A TÍ, LUNA Noctámbula perenne Puntual siempre A veces te muestras plena, orgullosa. Otras te asomas al balcón de los sueños, de los miedos, de los que vienen y los que se fueron... Y se van, triste e injustamente. Testigo del dolor, de la partida... Por eso tu brillo nunca es igual. Porque tu alma también se quiebra, en cada grito, en cada sollozo ajeno. Valiente! Grita tú también! Desahoga tanta pena contenida... Pero no puedes, no es posible ser partícipe. Cuando tienes ante tí a medio planeta en la penumbra A veces, con el único consuelo de tu luz. Que es la que acompaña al que se marcha y a los que atónitos, perdidos, y destrozados se quedan... Pensando qué pasará mañana, cuando tú te marches y vuelvan a la realidad.
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